jueves, 7 de junio de 2007

La parte más fácil ...



Hace tiempo que no voy a nadar, pero he estado pensando en lo difícil que se hace a veces mantener un esfuerzo constante, sostenido en el tiempo, recuerdo cuando uno tiene que nadar una distancia más o menos grande (depende de para quien, evidentemente, pero para mí 500 metros sin parar es un gran esfuerzo). La piscina de San Joaquín tiene 25 metros de largo, si voy a hacer los últimos 500 metros de corrido, significa que son 10 vueltas (o sea 20 largos). Antes habré hecho algún warm-up, pateo con la tablita, etc. Y llega la hora de la verdad, empiezo lento, llevo la cuenta de mis vueltas en la cabeza, cuando llevo 3-4 vueltas ya estoy un poco cansada, y en mi cabeza parece tanto lo que me queda por recorrer, me asusta más lo que me queda por delante que lo que en realidad estoy haciendo. Pero después de la 5ta vuelta, se hace todo más fácil, voy a un ritmo parejo, y el final se ve cada vez más cerca, no compito contra nadie, solamente quiero terminar mi ejercicio bien, y quizás medir si ha mejorado mi tiempo. Empiezo a contar en reversa: me quedan 3 largos, 75 metros, 1.5 vueltas, ya llego, voy llegando. Hasta que por fin he llegado, puedo dedicar un minuto a puro flotar, respirar, estirarme, y estoy satisfecha.

Y pensaba en esto por la tesis, durante un mes y medio, o un poco más, el esfuerzo ha sido un poco monótono (como es la natación a veces), constante, difícil y lento a ratos; pero ya estoy casi llegando a la meta, a la fecha.

Para ver a Tunico, estoy casi en la mitad, queda un mes y tres semanas todavía de soledad, de echar de menos, de soñar, y espero que pronto pueda empezar a ver todo con más optimismo, soñar más sin angustiarme tanto, porque vamos a haber pasado la parte más difícil, y estamos cada vez más cerca.