Diciembre me agotó, practicamente no tuve un respiro, desde las postulaciones hasta ver a Antonio subirse al avión. Todavía estoy sin aliento, casi sin palabras. A pesar de todo, y gracias a Dios, pude disfrutar de momentos tranquilos y dulces como las castañas y el azucar con canela junto a mi Tuniquito de mi corazón.
(Esta es una obra de Antonio, hecha con azúcar con canela de las rabanadas y cascaras de castañas asadas en sal)
viernes, 5 de enero de 2007
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